La Ausencia

Amaneció lentamente y una tenue luz blanquecina fue apoderándose poco a poco de cada rincón de la habitación..Los fantasmas de la noche anterior desaparecieron con la luz del nuevo día y con nuevos bríos decidí empezar la jornada.. Dentro de poco comenzaría el movimiento en la casa..Los niños se despertarían. los desayunos se servirían, los apuros vendrían y luego los niños partirían al colegio y yo me concentraría en mi trabajo y así el día transcurriría sin pena ni gloria. De pronto recordé la ausencia de Gerardo y sentí una punzada en el corazón. ..Con tristeza recordé la última vez que lo ví , parado frente a la puerta de la entrada y haciéndome un gesto cariñoso con la mano. Luego su silueta se perdería entre la gente y ya no lo volvería a ver nunca más..Encima de la mesita de noche ví nuestro retrato de bodas; los ojos cautivadores de Gerardo, su sonrisa casi infantil....Un lágrima empezó a resbalar por mi mejilla... De pronto me dí cuenta que los minutos habían pasado sin sentirlos y la casa aún permanecía silenciosa... Sería que los niños se habían quedado dormidos? O quizás se habían ido ya al colegio..Pero sin despedirse de mí?..Me parecía raro..De un salto me levanté y en un santiamén recorrí todas las habitaciones, pero no encontré a nadie..Sólo vi al gato acurrucado en un sofá y mirándome extrañamente..Cuando quise acariciarlo salió corriendo espantado..Micifuz, Micifuz llamé..pero nada el Micifuz se había escondido en alguna parte...Volví a pensar en los niños. Por qué se habrían ido sin despedirse...Bueno ya aclararía todo con ellos en la tarde..Ahora debía concentrarme en mi trabajo, un poco abandonado últimamente... Al entrar al taller el olor a pintura fresca y aceites me hizo revivir..Miré distraída el caballete y desde el lienzo a medio pintar, un frondoso árbol me dio la bienvenida..Sus ramas se confundían con el cielo y el pasto verdoso, casi amarillento por partes, le daba un frescor al paisaje . Por unos instantes sentí que caminaba por aquellas praderas, que el olor a tierra húmeda inundaba mis pulmones y que el viento acariciaba mis cienes...Fue tan intensa la impresión que podía jurar que estaba allí, en medio de esos campos soleados y no en mi taller...No sé cuánto tiempo pasé deambulando por aquellos lugares imaginarios...Creo que mucho, porque de pronto sentí que la casa se llenaba de bullicio y risas infantiles.. Los niños ya regresaron del colegio..Debía prepararles su merienda..Preocupada por eso, me precipité a la puerta y sin darme cuenta me tropecé con un espejo..Mi reflejo en él apareció borroso..Será que me faltan los lentes recuerdo que pensé..Me dirigí a la cocina, pero antes pasé por la salita, con la idea de encontrar allí mis anteojos..Pero cuál no sería mi sorpresa al entrar y ver a Gerardo abrasando a los niños..Dios mío, había vuelto!!!..Todo había sido una especie de pesadilla y el estaba de nuevo con nosotros..Gerardo..Gerardo..-Llamé...Casi grité..Pero nadie volteó mirarme..Milagritos..Carlitos. Repetí ..Pero nadie me hizo caso..Tal pareciera que no me veían..Sin querer volteé la mirada y mis ojos chocaron con otro espejo, el de la entrada..Pero mi reflejo no aparecía en él..Miré mis manos y vi que se diluían entre las paredes..Desde un rincón los enormes ojos verdes de Micifuz me miraba espantados................................................................................................................................. .... ilustración.:E.Hooper