BIENVENIDO NAVEGANTE A ESTE LUGAR PERDIDO DE MI GALAXIA

martes, 15 de julio de 2014

El vecino de al lado




 De muy jovencita su sueño dorado había sido, retirarse algún día a una vieja buhardilla en Paris y dedicarse de lleno a la pintura...Pero claro, habían sido sueños románticos de niña. Pero cuando años después, le ofrecieron aquella misión, sintió que  realizaba un poco su sueño…Así fue como tiempo después, se vio instalada en aquel diminuto departamentito de un añejo y destartalado edificio de la Rue Saint Maur; pasando sus días entre pinceles y colores mientras vigilaba al hombrecito de al lado. Su misión era simple y sin complicaciones: anotar sus idas y venidas, tratar de escuchar sus conversaciones, seguirlo por las mañanas y pasar diariamente los informes respectivos…Como ven, era una tarea casi rutinaria y sin mayores riesgos, que le dejaba algo de tiempo libre para su verdadera pasión; la pintura…
 Fue así como una de esas noches, regresando de entregar sus informes,  se vio subiendo las escaleras hacia su cuarto, algo cansada y solo con ganas de echarse a dormir. Se sirvió un café bien caliente y se desplomó en el sofá-cama, sintiendo que el frío ya empezaba a calarle los huesos. El invierno se avecinaba y aquel pequeño calefactor portátil apenas si le entibiaba las manos. Pero pese a la falta de comodidades y a lo espartano del ambiente, ella se sentía animada y sobre todo con deseos de ponerle más ahínco a la serie de pinturas que había empezado; angostas y desoladas callecitas en  misteriosas perspectivas, solitarios cafés o melancólicos parquecitos de antaño, con sinuosos arbolitos. Pero había una pintura que la atraía especialmente. Recordaba haber hecho el boceto a la apurada una mañana que seguía al vecino y luego lo habían guardado distraídamente en el fondo de la cartera, mientras trataba de no perder de vista al hombrecito.
Pero finalmente al llegar a la Gare du Nord (Estación del Norte), el vecino se le había perdido entre el gentío. Si no hubiera perdido esos preciosos minutos dibujando lo habría  alcanzado –Pensó – mientras lo buscaba desesperadamente entre la gente. Tampoco sabía si había abordado algún tren o quizás solo la había llevado hasta allí para despistarla. Nunca lo sabría, pero lo que sí sabía era que su distracción le había costado caro y se había pasado el resto del día refunfuñando.
Pero ahora que veía el esbozo plasmado en el lienzo, se alegraba de haber hecho el apunte. Con sus colores pastosos y ese misterioso muro carcomido por el tiempo, era la viva imagen de la desolación; pero también le parecía tan real que hasta sentía el aire mañanero golpeándole las mejillas y sus piernas balanceándose para cruzar la pista. Cuando se acercó más a la única puertecita que había, le extrañó encontrarla abierta, como invitándola a pasar. Recordaba haberla visto siempre cerrada. Y de pronto una idea descabellada, le cruzó por la cabeza; quizás el vecino estaba por allí dando vueltas; así que sin pensarlo dos veces, entró y se encontró en un oscuro pasillo. Olía a humedad y sentía en sus pies el trajinar de las ratas, lo que la hizo estremecer y apurar el paso. Cuando llegó al final se encontró en un patio ruinoso y completamente vacío. No veía un alma por ninguna parte, así que decidió salir de allí:, pero cuando quiso volver al pasillo, alguien se le interpuso y con una voz gangosa la interpeló -¿Por qué me sigues?- Asustada por tal aparición, la mujer corrió desesperadamente entre los trastes viejos, sintiendo los pasos del hombre casi pisándole los talones. En una de esas, escuchó un fuerte impacto y al voltear alcanzó a ver al hombre tirado en el suelo, con los pies atrapados en una maraña de cables.
Al día siguiente ella se levantó temprano y se ubicó en el cafecito de enfrente, su sitio estratégico para vigilar las entradas y salidas del vecino. Pero las horas pasaron y él no se apareció. Agotada y malhumorada regresó a su casa y se sentó en una silla bebiendo su acostumbrada taza de café, cuando distraídamente miró la pintura del muro con la puertecita y se fijó que curiosamente esta seguía abierta y en el fondo del pasillo llegó a distinguir al vecino atrapado entre los cables y mirándola fijamente…

ilustración: Maurice Utrillo

19 comentarios:

Anónimo dijo...

QUEDO ATRAPADO EN SU PINTURA. QUE BUENA!

Anónimo dijo...

Jaaaaaa q miedo! Agarrense q por husmear te puedes quedar dentro de la pintura :s
Muy bien denisita:D
michi

Unknown dijo...

buenos días y buenas noches,me gusta las publicaciones del blogg,es interesante y entretenido.yo también tengo una gata llamada willow,saludos al gato.

Unknown dijo...

Me encantó este cuento tata.
Me encanta venir de cuando en cuando a leerte, eres una muy buena escritora de cuentos de misterio,logras atrapar la atención de la lectura y mantienes despierto hasta el final, todo el interés, por saber que pasó.
Un abrazo, te quiero y te extraño siempre.

Anónimo dijo...

Que miedo! Uuuuuu¡

Ros dijo...

Me encanta su blog, buenas historias!! :)

Anónimo dijo...

Aburre

Anónimo dijo...

La vrdad muy buen cuento.. la narracion es increible, t atrapa y sumerge en las palabras..m enknto..

Unknown dijo...

Hola alguien me podría decir el nombre del autor del cuento porfa es urgente

Denise Makedonski dijo...

MI RESPUESTA PARA DANIEL GARZON HERNANDEZ
Amigo todos los cuentos que figuran en esta página han sido escritos por mí,,..saludos denise makedonski

Anónimo dijo...

como llamarías a tu colección de cuentos?

Anónimo dijo...

like it!:)

Anónimo dijo...

CUAL ES EL NOMBRE DEL AUTOR????? .-.

Anónimo dijo...

Enserio waoo q chidos cuentos te felizito

Geravicast dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Que buena trama tienen estas historias excelente tienen el toque magico

Unknown dijo...

Q bna trama excelentes historias increíbles tienen el toque magico me encantaría q hubieran mas historias en este blog

Anónimo dijo...

Hola quisiera saber cual es el misterio del cuento no he podido dar con en y nesecito para una tarea gracias

ruben dijo...

muy bueno